Las Siete personas más
peligrosas de una empresa
Existe una creencia errónea que consiste en temerle las
personas ambiciosas dentro de tu trabajo o empresa. Analizándolo con cuidado, ellas no representan
un verdadero peligro, más bien deberíamos de acércanos a ellas y aprender.
Subir en conjunto a la cima, u observar lo que están haciendo bien, y poder ser
mucho mejor que ellas.
Las personas más peligrosas normalmente pasan
desapercibidas y no muestran ninguna cualidad admirable o parecen no tener
ambición.
Este tipo de personas existen en cualquier empresa ya
sea grande o pequeña, es un mal que no parece estar ahí, pero puede llegar a
arruinar el ambiente y efectividad en las actividades porque definitivamente se
compondría de un pésimo equipo de trabajo.
Te
mostraremos los diferentes tipos de personas peligrosas dentro de una empresa:
1.- El compañero que hace “paros”.
Este
personaje se caracteriza por conocer a los clientes que tú necesitas.
Amablemente te dirá que podría concertarte una cita con ellos, ya que son sus
amigos o los conoce. Eso te hará sentir motivado y te dará la esperanza de
poder cerrar alguna venta de una manera más sencilla o directa.
Lamentablemente
este compañero no conoce a tal cliente, no es su amigo y no puede conseguirte
una cita. Tú, en cambio ya pensaste en como introducirte, hiciste una
presentación y pensaste en la forma en la que cerrarías un excelente trato. Lo
único que conseguirás será una excusa de tu compañero. Entonces este tipo de
persona peligrosa prometerá cosas que no pueda cumplir. Es difícil volver a
creer en ellos una vez que ya te han fallado.
2.- El todólogo.
Estos singulares sujetos se caracterizan por saberlo
todo. Han leído, hecho, visto todo. Para cualquier tema tienen algo que decir.
Se comprometen a abarcar muchas áreas dentro de una empresa con la premisa de
que lo saben hacer y bien. Tristemente al intentar hacer de todo, no hacen nada
bien.
Cuándo les preguntas algo en concreto podrían revolver “tanta” información
y no ser nada útiles en cuestiones laborales. Nunca piden ayuda, y afirman que
siempre están en lo correcto. Y si les demostrarás que no es así, tendrían una
magnifica excusa para reivindicarse y así no quedar en evidencia.
3.- El que está de acuerdo en todo.
Este tipo de personas peligrosas suelen ser un sujeto tímido.
Siempre está de acuerdo en cualquier proposición o asignación que se haga. No
cuestiona ni aporta nada. Entonces, realmente es como una rata de laboratorio
que no aporta nada esencial a una empresa. Carece de creatividad y entusiasmo.
Por lo tanto, no tiene pasión al laboral y probablemente nunca esté bien
enterado de lo que sucede ya que no muestra interés en las decisiones o sucesos
que acontecen a su alrededor.
4.- El confidente.
Todos hemos conocido al famoso confidente laboral.
Aquella persona que está en todo, y se mete en todo. En momentos de frustración
o estrés laboral es la primera que intentará consolarte aunque sólo va en
búsqueda de nueva información para esparcirla después. Prometerá no decirle a
nadie pero la verdad es que la probabilidad de que todos se enteren es muy
alta.
5.- El OCD.
Todos lo admiran. El OCD (Orden Obsesivo Compulsivo)
es aquella persona que parece tener todo en perfecto estado. Cuida los detalles
al extremo. Pero, la fatal realidad es que sólo está enfocado en cosas mínimas
como acomodar su oficina, tener sus carpetas o papeles ordenados, dejando a un
lado las cosas verdaderamente importantes. Por ejemplo, agendar nuevas citas
con clientes, hacer el reporte que le pidieron hace un mes, etc. No nos dejemos
intimidar o engañar por detalles sin importancia.
6.- El estratega incompetente.
Este
comodino sujeto es aquel que se caracteriza por decir que es incapaz de
aprender las cosas más sencillas, como hacer funcionar una cafetera o impresora.
Suele aparentar estar muy estresado y apurado como para poder aprender a hacerlo,
así que le pide a sus demás compañeros ayuda. Atrasando así las actividades de
todos los demás. No importa cuántas veces a la semana, o sí ya intentaste
explicarle cómo hacerlo. Siempre pedirá que alguien lo haga por él.
Eso aplica para cosas sencillas de computación hasta atención con clientes de
los que no tenga interés.
7.- El amiguero / barbero.
El último
tipo de persona peligrosa suele ser contratada por su magnífica habilidad de
adulación y facilidad de palabra. Habla mucho pero hace poco. Es el barbero que
intente hacer amigos para sacarles beneficio. Es “el buena onda” que no sirve
para nada.
¿Conoces a alguien así?
Bibliografía: Mark H. McCormark, (1990) Los Secretos del Éxito.